Um Draiga Aragón- 13-5-2013
Varios miles de personas nos manifestamos en Zaragoza para pedir a los ciudadanos que nos ayuden, y entre todos, cambiar el «sistema» que nos está ahogando. Todos acabamos sufriendo el «sistema», tanto en lo económico, en lo social, en la educación, en la sanidad y también en la política exterior. Un «sistema» que prefiere mirar para otro lado cuando la violación de los Derechos Humanos puede ser un obstáculo a las «buenas relaciones comerciales» o a los «intereses nacionales». Esta situación nos lleva a ser cómplices de la tragedia que están sufriendo muchos ciudadanos del mundo que se ven despojados de sus derechos y de sus recursos naturales.
Es el caso del Sahara Occidental. España no solo incumple sus obligaciones como potencia colonial que fue de este territorio y las resoluciones de Naciones Unidas para proceder a la descolonización, sino que vende armas a la potencia ocupante, Marruecos, y estrecha la mano manchada de sangre del rey Mohamed VI. También permite la explotación ilegal de sus recursos naturales, como la pesca y los fosfatos, y trata de minimizar la falta de libertad de expresión. El Gobierno de España ni siquiera movió un dedo por la muerte de un ciudadano español ni hace el más mínimo comentario cuando Marruecos los expulsa o tan siquiera les deja subir al avión en territorio español.
La población Saharaui en los territorios ocupados por Marruecos está sufriendo la violación sistemática de los Derechos Humanos desde el inicio de la ocupación en 1975, con un recrudecimiento en en la represión en estos últimos meses que se está haciendo insoportable. Y cuando se podían haber establecido mecanismos para que la MINURSO observara los DDHH en el Sahara Occidental, en la reunión del Consejo de Seguridad de NU del pasado 25 de abril, España se puso a trabajar, codo con codo, con Marruecos y Francia para evitarlo y mantener la impunidad en las violaciones de los DDHH.
Y todo para mantener los intereses comerciales con Marruecos y de buena vecindad.
¡Ya es hora de otra política exterior! No queremos que el Rey Juan Carlos I viaje a Marruecos a estrechar la mano de Mohamed VI, manchada de sangre Saharaui. España debe actuar decididamente para cumplir las resoluciones de Naciones Unidas e impulsar la celebración del Referendum de autodeterminación y exigir la liberación de los presos Saharauis y el respeto de los Derechos Humanos.
¡Sahara libre!